En Láser Definitive te damos una serie de recomendaciones para cuidar tu piel en verano, tanto internamente como externamente.
El verano requiere un mayor cuidado de la piel debido a que, aunque es el órgano más grande de nuestro cuerpo, también es una de las partes más sensibles a la exposición directa al sol, por ello, en los meses de verano debemos tener precaución y realizar un cuidado más intenso para conservar la salud de nuestra piel.
Debido a las altas temperaturas de estos meses nuestro organismo puede sufrir deshidratación y, por tanto, de la piel. A esto se suma que el organismo humano responde al exceso de calor con la transpiración, lo que repercute en un exceso de humedad corporal que favorece el desarrollo de infecciones en la piel, como el conocido «pie de atleta» o la dermatitis, normalmente en zonas donde hay pliegues. A todo esto le sumamos los efectos negativos de los rayos ultravioleta del sol en la piel.
Además de existir un alto peligro de desarrollar un cáncer cutáneo (melanoma), la piel avejenta prematuramente, perdiendo su elasticidad y favoreciendo la aparición de arrugas. En un corto plazo, una piel mal cuidada puede volverse seca, áspera, escamarse y adquirir una apariencia apergaminada o bien agrietada, lo que se debe a la pérdida del factor hidratante que debe eludir la deshidratación de las células de las capas más profundas.
¿Como debes cuidar la piel en verano para protegerla?
La limpieza y la hidratación son, por este orden, los cuidados más esenciales que deben proporcionarse a la piel en verano, aunque la protección en frente de la acción de la radiación ultravioleta procedente del sol asimismo es del mismo modo vital. Los cuidados básicos se resumen en los próximos puntos:
1. Limpieza: hay que ducharse al levantarse, como es lógico, mas asimismo tras cada baño en la piscina o bien en el mar, o bien toda vez que la actividad efectuada hay supuesto una incremento de la transpiración. La higiene en verano es esencial para prevenir infecciones, eritemas e inclusive la deshidratación.
2. Protección solar: el empleo de filtros solares, se tome o bien no el sol es esencial para el cuidado de la piel, puesto que resguarda a las zonas expuestas y previene las quemaduras y, en un largo plazo, la aparición de melanomas. El moreno se debe adquirirse de forma progresiva, de tal modo que al comienzo hay que emplear filtros de alta protección y, cada vez que se haya oscurecido la piel, reducir en algún grado. Hay que ponerse la crema solar ya antes de ir a la playa o bien la piscina y regresar a hacerlo cada 2 horas o bien tras cada baño.
3. Tomar el sol: los especialistas aconsejan que los baños solares no superen los treinta minutos diarios y siempre y en todo momento usando un filtro solar conveniente para cada género de piel. No se debería tomar el sol en las horas de mayor intensidad de radiación ultravioleta (de 12:00 a 17:00). Y tras el baño solar, emplear siempre y en todo momento una crema hidratante para recobrar la humedad natural de la piel.
4. Hidratación: las duchas y el hecho de tomar agua (dos con cinco litros durante el día) pueden prevenir la deshidratación de la piel. No obstante es recomendable complementar estas medidas usando leches hidratantes tras cada ducha, toda vez que se haya tomado el sol y ya antes de acostarse. No hay que olvidar las zonas más secas: talones, codos y rodillas.
5. Sudor: las elevadas temperaturas favorecen la sudoración, mas se puede supervisar usando ropas extensas, de fibras naturales como el algodón y colores claros (blanco), que favorezcan la circulación del aire en su interior y rechacen la radiación solar. Lo mismo ocurre con el calzado. Si se ha sudado en demasía, debe limpiarse la piel con una ducha y secarse realmente bien.
Alimentación: las verduras frescas y las frutas han de ser un componente esencial de la dieta del verano, en tanto que favorecen la hidratación del organismo y, por ende, asimismo de la piel.
Buenísimo el aporte. Un cordial saludo.